Con el paso
de los años notamos cómo el invierno empieza cada vez más tarde; sin embargo, cuando
llega lo hace de golpe y requiriendo calor lo que hace necesario el uso de los
radiadores en los hogares.
Además
empieza a anochecer más temprano y a amanecer más tarde, también notamos cómo
comienza a disminuir la temperatura y modificamos nuestra vestimenta para
protegernos del frío. Cuando las temperaturas bajan solo pensamos en llegar a
casa y que ésta conserve una temperatura agradable que nos haga sentir
confortables.
Sin embargo,
por mucho que nos pese, los términos “conservar”
y “agradable” implican un mayor coste
en la factura energética ya que nos obliga a dejar encendida la calefacción
durante todo el día y en toda la casa, aunque estemos fuera, situación que
conlleva a un desperdicio de dinero y de recursos.
Es cierto
que no es posible hacer desaparecer el coste generado por la calefacción si
queremos estar confortables, pero ¿Es posible disminuir el gasto generado por
el uso de la misma?
La respuesta
es sí; como en muchas cosas, la tecnología en este tema ha ido avanzando. Hoy
día existen equipos y aplicaciones que permiten controlar la temperatura de los
radiadores en el hogar u oficina a distancia y por sectores, programar para que
estos se enciendan y se apaguen cuando se desee, e incluso configurar el
sistema para que la temperatura suba o baje en una estancia determinada del
hogar a una hora específica. Es importante decir que lograr esto no implica un
alto coste ni modificaciones en el hogar.
Por lo
general las instalaciones domésticas funcionan mediante una caldera comandada
por un cronotermostato que normalmente está en el salón. Este dispositivo
establece a qué temperatura debe estar toda la casa tomando como referencia la
que hay en el salón. Esto nos lleva a identificar dos primeros problemas:
1.
¿Por qué
tengo que tener toda la casa a la misma temperatura? Realmente dependiendo de
la hora del día y de la noche las necesidades de calor cambian de una
habitación a otra y por lo tanto un sistema como el planteado implica grandes
ineficiencias y, por lo tanto, mayores costes.
2.
¿Todas las
habitaciones alcanzan la misma temperatura que el salón? En realidad las
habitaciones orientadas a norte tendrán más dificultad y nunca alcanzarán la
temperatura que marca el salón y otras en cambio en las que de más el sol
subirán incluso por encima de la temperatura deseada en el salón. Esto,
obviamente, es otra fuente de gasto innecesario en calefacción.
Si
complementas tu sistema de radiadores con cabezales termostáticos programables
que abran y cierren cada radiador en función de la temperatura de esa
habitación y teniendo en cuenta la programación se pueden lograr ahorros
superiores al 40%. Así, por ejemplo de noche la calefacción en el salón o la
cocina se cerrarían dejando abiertos los radiadores de los dormitorios y, en
cambio cerraría los dormitorios de día cuando no haya nadie en ellos abriendo
el salón. Al reducir el tamaño del circuito de calefacción dependiendo de las
necesidades el gasto de la caldera se reducirá en la misma proporción.
Con esto,
dejarás de preocuparte por que tus hijos se destapen por la noche y pasen frío,
porque haya una habitación que cuesta más calentar y nunca alcanza la
temperatura deseada o porque tu factura energética se vea fuertemente
incrementada.
Si quieres
más información, visita este enlace: http://www.arkaconsulting.es/index.php/eficiencia-energetica/control-de-calefaccion.
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